La maternidad
- Especial Mente mama
- hace 1 día
- 2 Min. de lectura
Llevo siendo mamá casi 25 años. Pero no la misma mamá. He crecido y me he transformado, en ocasiones por decisión propia y deseo de crecimiento y en otras por que no me quedo de otra. Como hacen las serpientes cuando mudan de piel, así yo deseo seguir haciéndolo hasta mi final.
Por qué de eso se trata no? De crecer?
Aunque a veces duela y sea incómodo, aunque perdamos relaciones en el proceso, aunque a muchos no les guste, venimos a convertirnos en nuestra mejor versión. Y para nada creo que estoy cerca de alcanzar mi mejor versión pero si se que voy por buen camino.
Como lo sé? Por qué me siento más en paz.
En esta etapa de mi vida, como madre de hijos un poco más grandes, esa paz me a traído claridad. Claridad de lo que quiero y no quiero ser como madre y mujer pero también claridad de todas las madres y mujeres que he sido en mi camino y no estoy orgullosa de todas ellas pero ahí están, en mi camino de vida.
Las madres somos (la mayoría de las veces) el soporte emocional del hogar. Esto puede sonar muy romántico pero en realidad es duro. Es una enorme responsabilidad de todo y de todos. Es un nunca parar de hacer, de pensar y de preocuparte. Y vaya que la maternidad viene con preocupaciones. Por cada hijo te regalan una bolsa de 50kilos de preocupación. Y por lo que veo no se vuelve ligera con el tiempo…
Pero es curioso pues Dios o el Universo, como cada quien le quiera llamar, es tan magnífico que hace que esa relación, así con todo lo que con lleva nos provoque como madres el amor más fuerte y puro que hay.
Las mamás amamos diferente. Nos hicieron de un material que no se puede replicar ni explicar. Y es que vivimos con parte de nuestro corazón fuera de nosotros. En mi caso, 4 partes de mi corazón andan rondado por el mundo haciendo su propia vida. Ahora entiendo por qué cuando estamos todos juntos, mis 4 hijos y yo, me siento completa, me siento inmensamente feliz. Eso sí suena romántico por qué lo es.
Comments