Como madre diagnosticada con TDAH y viviendo con varios hijos diagnosticados con lo mismo, me fué sumamente necesario encontrar un ritual o un kit de sobrevivencia y tenerlo guardado bajo el brazo para los días más difíciles.
Un kit que no solo me regrese a mi centro cuando sienta que voy a explotar como volcán, si no que me ayude cuándo no encuentro la forma de motivarme o cuándo mi voz interna agarra vuelo y pasa por encima de mí y de mi autoestima como un bulldozer.
En verdad, inventé este kit antes de saber que vivía con TDAH porque la realidad es que el diagnóstico aparece en la oficina del psiquiatra pero las características estaban presentes y latentes en mí, mucho antes (toda mi vida).
Para ser realmente honesta debo de admitir que en ocasiones pareciera que es más fácil sentarme y flotar en el caldo de la victimización y la queja pero hoy entiendo que esto no me lleva a nada bueno. Esta conducta más bien me avienta por un círculo vicioso del cual es sumamente difícil salir.
Les comparto mi kit. Tienen toda mi autorización de usarlo, editarlo, sumarle, restarle y hacerlo suyo. Espero que les sirva para que los días difíciles se vuelvan un poco más ligeros.
KIT DE SOBREVIVENCIA
Mueve tu cuerpo. Encuentra alguna actividad física que te guste y te emocione hacer. Puede ser bailar, salir a caminar, correr, nadar, subirte a la bici, hacer yoga… lo que sea. Si hoy no sabes cuál es tu actividad atrévete a probar diferentes cosas y encuentra la tuya.
Diarrhea mental. Encuentra un cuaderno que sea solo tuyo. Nadie lo va a ver ni a juzgar. No lo vas a compartir con nadie. Te digo esto para que al hacer tu trabajo de diarrea mental te atrevas a ser honesto y real contigo mismo. Siéntate y escribe todo lo que pasa por tu mente. Si prefieres puedes poner un límite de tiempo y empieza. No analices, no juzgues, no dudes, solo escribe. Todo y cada uno de tus pensamientos déjalos ahí en la hoja. Suéltalos y observa cuales son y con qué facilidad se repiten y se acomodan en tu mente.
Gratitud. Sé que esta palabra la escuchamos por todos lados pero es por la fuerza tan grande que tiene. Acostumbra a tu mente a tener gratitud. Acostúmbrate a empezar tu día dando gracias. Si no encuentras nada por que dar gracias simplemente da gracias por lo primero que veas en tu ventana. La gratitud cambia nuestro chip mental. Cuando te caches en crítica y queja busca algo a tu alrededor por lo que puedas dar gracias.
Respira. Muchas veces olvidamos que la respiración es nuestro mayor aliado. Simplemente poner atención a nuestra respiración es una forma de meditar muy profunda y efectiva. Respira profundo hacia adentro, haz una pequeña pausa y suelta. Repite este ejercicio 5 veces y automáticamente calmaras tu mente y tu cuerpo.
Busca a quién ayudar. Hacer algo por alguien más automáticamente nos hace sentir bien a nosotros. Si prefieres al formar tu kit anota ideas de actos que puedas hacer para ayudar a otro para que en el momento recurras a ello. Tu lista puede incluir: llamar a algún familiar o ser querido mayor, meter el bote de basura del vecino, tomar aguas o jugos o lo que tengas en casa y salir a repartir a dos o tres personas que vivan en la calle, hacer la cama de tu root-mate o tu hijo o tu hermano y dejarles una nota… la lista puede ser tan larga como tu quieras y si estás atento siempre hay oportunidades para ayudar a alguien.
Espero les sirva mi kit de sobrevivencia y cómo les dije anteriormente no lo tienen que hacer idéntico al mío (aunque si les es más fácil adelante). Pueden formar su propio kit y pueden invitar a sus hijos a hacer el suyo.
Al final del día, lo importante es saber autorregularnos cierto?
Recuerden lo que dice el Dr. Russell Barkley, el mayor trabajo de alguien que vive con TDAH es saber manejar sus emociones.
Esto es solo el principio!
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