Hoy amanecí con un sentimiento de ¿porque yo?.
Por lo regular soy una mujer muy luchona, difícilmente me rindo. Siempre desde niña mi papá me impulsó a seguir para delante, a no rendirme, no cansarme hasta llegar al final. Sin embargo soy un ser humano, como muchas veces le digo a mis hijos, “yo también me equivoco”. Esa frase me la enseñó un amigo y profesor mío y me encanta pues a veces los hijos pensamos que nuestros padres son super heroes, pulpos, mil usos y pues cuando el hijo se convierte en el padre se da cuenta de que no es así…
Hoy amanecí rendida desde que abrí los ojos. No es que el día me cansara y a la mitad renuncie, simplemente abrí los ojos y pensé ¿por qué yo?.
¿Porque se murió mi mamá?, ¿por qué amaneci con gripa? ¿porque me tengo que despertar tan temprano?¿porque trabaja tanto mi esposo? ¿porque nació mi hija con Trastorno Déficit de Atención? ¿por qué soy tan dura? ¿porque me siento cansada? ¿porque mi chiquito de seis años tiene un tema sensorial? ¿por qué se molesta tan fácilmente? ¿porque duerme tan poco? ¿porque nació con un problema de riñones?
La lista siguió y siguió por un tiempo mientras acostada en mi cama debatía si levantarme y empezar mi día o llorar y meterme a las cobijas. Escogí la segunda opción. Me metí debajo de mis cobijas y llore. Llore lo que no había llorado en mucho tiempo, me di cuenta de que tenía sentimientos atorados hasta abajo, dentro de la coraza de hierro con la que he crecido.
Abajo de la negación y la fortaleza hay un espacio que procuro ocultar. Ese espacio desconocido para varios esta compuesto de miedos, dudas, heridas, abandonos y rechazos. Como no acostumbro visitarlo regularmente cuando lo hago se desbordan los sentimientos como rio salvaje. Es increíble pero tengo cosas ahí guardadas desde la infancia. Finalmente después de depurar el río logro contenerme y me siento mucho mejor.
Me parece increíble pues quien me viera en la calle, conocidos o inclusive varios amigos no se imaginan que existe este lugar pues siempre trato de poner buena cara, entre mis cosas, mis cuatro hijos, mi esposo, mi rutina suelo ir guardando y guardando sentimientos ahí dentro y pues eventualmente tienen que salir.
Así es, hoy amanecí emocionalmente agotada. Se vale ¿no? Hay días que hasta las mamás nos cansamos…
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