Hace unos años no se sabía lo que era Trastorno Déficit de Atención y mucho menos que las niñas podrían tener algo así. Aunque ya existía, nunca lo habían diagnosticado en una niña. Las etiquetaban como marimachas, soñadoras o rebeldes. Los padres y los maestros tenían sus opiniones acerca del tema pero en verdad no sabemos lo que era para las niñas crecer con este trastorno tan invisible y tan complicado.
Encontré esta carta de 1990 escrita por una mujer de 40 años quien recientemente fue diagnosticada.
Mientras la leía pensaba en mi hija de 13 años y no pude evitar sentir un poco de tristeza por esta mujer y las niñas y niños que viven sin diagnóstico, etiquetados y sin ayuda. Muchos escondidos por la pena de sus padres pues he notado que no es fácil para todos aceptar y platicar abiertamente sobre este tema.
Ojalá mi madre hubiera sabido
escrito por: Mary H.
Ojalá mi madre hubiera sabido
que en verdad era muy inteligente.
Ojalá mi madre hubiera sabido
que necesitaba más atención.
Ojalá mi madre hubiera sabido
que todos los días desde pequeña,
fui al colegio con pánico de ser humillada.
Ojalá mi madre hubiera sabido
que mi bajo autoestima y
poco contacto físico en casa
me convirtieron una una niña promiscua.
Ojalá mi madre hubiera sabido
cuánto necesitaba estipulación y retos.
(Las expectativas conmigo siempre fueron bajas)
Ojalá mi madre hubiera sabido
que era demasiado penosa y sensible
como para exigir se cumplieran mis necesidades.
Ojalá mi madre hubiera sabido
que me costaba mucho trabajo quedarme dormida y despertar
y que no podía controlar ninguno de estos hechos.
Ojalá mi madre hubiera sabido
que ponerme en clases para niños con dificultades escolares aun cuando mis exámenes de IQ eran tan altos solamente me provocaban ni siquiera intentar ser mejor.
Ojalá mi madre hubiera sabido
que tener solo una amiga NO era normal
y que era una señal de que necesitaba ayuda.
Ojalá mi madre hubiera sabido
que dejarme salir de la casa sin peinar, sin bañarme,
sin libros ni lunch era otra señal de que necesitaba ayuda.
Ojalá mi madre hubiera sabido
que tenía muchas ganas y curiosidad
pero que la escuela pública no era para mi.
Ojalá mi madre hubiera sabido
que mis habilidades artísticas eran suficientemente buenas
como para que hoy hiciera dinero con ellas, sin embargo nunca me motivó a seguirlas.
Ojalá mi madre hubiera sabido
que no podía organizar mi recamara.
Ojalá mi madre hubiera sabido
lo que sabemos hoy.
Ella no sabía y hacía lo mejor que podía
Espero que hoy ella sepa cuánto la amo.
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