La definición de la palabra duelo, según Wikipedia, es el proceso de adaptación emocional que sigue cualquier pérdida.
Todos a diferentes niveles hemos vivido un duelo. El duelo que sentimos cuando nos vamos de casa de nuestros padres o el que viven los padres cuando los hijos se van de casa. El duelo de terminar un noviazgo, el duelo de un divorcio. El duelo que vivimos cuando muere un ser querido o un perro amado.
Hoy, el mundo está viviendo un duelo. El duelo de perder nuestro estilo de vida como lo conocíamos. Estamos dejando atrás ese mundo de rutinas, reuniones, juntas, gimnasios, celebraciones con amigos, iglesias y templos llenos de gente. Ese mundo en el que no teníamos que tomar distancia social, en el que íbamos al supermercado o a la oficina sin máscaras y gel antibacterial. Estamos viviendo el duelo de la pérdida de contacto y aunque no sabemos en qué va a terminar, la realidad es que el mundo nunca será el mismo.
¿Recuerdan lo que era viajar en avión antes del ataque a las Torres Gemelas? Después de Septiembre 11, 2001, el mundo cambió y nuestra manera de viajar y vivir también. Hoy estamos atravesando un cambio y nuestra vida y nuestros códigos sociales no serán los mismos después del COVID-19.
Toda persona cree que el duelo que él o ella está viviendo es el peor en ese momento. Y tiene razón pues no hay competencia entre duelos. El niño que no puede ir al colegio, que dejó atrás partidos de fútbol o clases de baile está viviendo y sintiendo su peor duelo. El joven que asistirá a su graduación virtualmente, está viviendo su peor duelo. Así pues, aun y cuando hay que siempre luchar por encontrar gratitud y bendición en las circunstancias que la vida nos arroja, es igualmente importante validar el duelo y proceso de cada quien pues por lo regular el ser humano evade el sentimiento de inconformidad, evade cualquier sentimiento que tenga connotación negativa ya sea miedo, tristeza, ansiedad, enojo… La realidad es que aunque queramos evadir ese sentimiento, el sentimiento está ahí, quizás guardado debajo de una sonrisa pero ahí vive.
¿Qué tal si en vez de esconderlo lo dejamos salir? ¿Qué tal si lo aceptamos tal y como es? Doloroso, ruidoso, grande o vergonzoso, es real y está vivo. Para lograr curar esa herida, para sanarla debemos primero de aceptarla. Esta bien sentirnos asi. Como sea que te estás sintiendo en este duelo mundial, esta bien, déjate sentirlo. Apapachate, amate y ten paciencia contigo mismo.
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