Todo cambio, por mas chico que sea es valioso. Muchas veces sentimos o incluso tratamos de hacer un cambio enorme y radical y aunque a muchas personas les funciona, para las personas que vivimos con Trastorno Déficit de Atención puede ser agotador y aterrador. Nos cuesta trabajo el cambio en general entonces un cambio tan grande se pueden imaginar que es aún peor. Hay un libro interesantísimo llamado Atomic Habits de James Clear en donde habla de estos cambios tan pequeños como un átomo. El secreto, según él, está en no detenerse hasta que se convierta en un hábito. Si lavarnos los dientes se convierte en un hábito entonces cualquier conducta se puede convertir en hábito. Para los que tenemos hijos es muy fácil de observar pues les repetimos diario lávate los dientes o lávate las manos y eventualmente se los dejamos de repetir y lo integran a su vida diaria.
HÁBITO
1.Práctica habitual de una persona. El uso más usual de hábito está asociado a la costumbre o rutina que se adquiere a partir de repetir conductas similares.
¿Qué conductas estamos repitiendo? o mejor aún ¿Qué conductas queremos integrar y convertir en hábitos?
¿Qué tal si elegimos un cambio por semana?, algo pequeño y lo practicamos diario hasta que sea parte de nosotros. Puede ser despertar 15 minutos antes de lo normal, meditar 5 minutos en la mañana, hacer ejercicio dos veces por semana, leer cada noche 15 minutos... La lista es interminable y muy personal pero vale la pena intentarlo. Te animas?
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